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martes, 28 de septiembre de 2010

El portaaviones estadounidense Enterprise cumple medio siglo








Hace 50 años, el 24 de septiembre de 1960, en el astillero de Newport News la Armada de Estados Unidos botó un buque nuclear de guerra colosal.
Fue el primer portaaviones atómico del mundo, que recibió la Marina de los Estados Unidos con el número de matrícula "65" y el nombre de "Enterprise".
Los nombres de los barcos no se suelen traducir, sino que se transcriben sin más; no obstante, en este caso vale la pena comprender el significado de la palabra Enterprise para comprobar lo mucho que refleja la concepción de la nave.
La explicación más cercana de la palabra inglesa "Enterprise" sería algo así como "aventura", "empresa arriesgada", "iniciativa audaz", etc. En la tradición naval rusa existen barcos con el nombre de "Atrevido" que se daba normalmente a los minadores rápidos. Como se demostró en las décadas posteriores, el Enterprise supo justificar su nombre.
El nombre del portaaviones no se debía al azar. Así se llamaba su laureado predecesor de la Marina estadounidense: en los años de la guerra en el Pacífico, el CV-6 Enterprise se había ganado 20 estrellas de combate, distinciones especiales concedidas a los barcos por las operaciones realizadas con éxito.
Era éste un barco muy popular entre la flota y era conocido con los sobrenombres de "el gran E" o "el afortunado E". Cuando por fin en 1958 el viejo portaaviones fue enviado al desguace, los mandos de la armada estadounidense lo tuvieron fácil para nombrar al primer portaaviones atómico del mundo.
El CVN-65 (la letra N que sigue a la abreviatura CV de los portaaviones hace referencia al empleo de la energía nuclear) fue comenzado el 4 de febrero de 1958, procediéndose a su botadura dos años y medio después.
En noviembre de 1961 entró al servicio de la Armada. La decisión de construir este buque fue precedida de una larga discusión sobre la conveniencia de utilizar la energía atómica.
Las ventajas de la nueva tecnología eran evidentes: un portaaviones nuclear podía encontrarse en alta mar mucho más tiempo, portando combustible y municiones para un grupo de combate aéreo durante un mes de operaciones aéreas (frente a los 8-10 días de un portaaviones convencional).
Además de su mayor autonomía, el empleo de la energía nuclear permitía al portaaviones mantenerse durante más tiempo con los motores a toda máquina, cosa muy necesaria en caso de operaciones aéreas.
Los portaaviones convencionales, al navegar a toda máquina, queman cantidades excesivas de combustible y dependen muchísimo más del viento a la hora de lanzar y recibir aviones.
Otra ventaja consiste en que un portaaviones atómico no dejaba tras de sí una estela de humo que dificultaba las operaciones aéreas, estropeaba los equipos técnicos y hacía inútil el camuflaje del buque.
No obstante, los portaaviones atómicos tienen también sus desventajas. En primer lugar, se cuestionaba la seguridad del empleo mismo de la energía nuclear. Los datos empíricos, obtenidos en el proceso de funcionamiento de los reactores nucleares, lograron convencer a los escépticos de que la fiabilidad del reactor era suficiente para que fuera montado en un buque.
La segunda y principal desventaja era el alto coste del proyecto: el reactor junto con el enorme tamaño del portaaviones (su desplazamiento superaba las 94.000 toneladas y tenía 342 m de largo) hicieron que los costes ascendieran a la suma astronómica para los años 50 de 500 millones de dólares, lo que suponía el doble de los costes de construcción de portaaviones convencionales, tipo Forrestal.
Precisamente este coste tan elevado hizo que se abandonaran los planes de construcción de toda una serie de portaaviones atómicos, quedando el Enterprise como único en su género.
Posteriormente fueron puestos en funcionamiento varios portaaviones del tipo América, dotados del clásico sistema de calderas y turbinas.
Tan sólo a principios de los 70 Estados Unidos construyó el segundo portaaviones atómico, el Chester Nimitz, que fue el primero de la serie más grande de portaaviones en el período de la posguerra: entre 1975 y 2009 fueron botados 10 portaaviones de este tipo.
Lo curioso es que el coste de su construcción, debido a la inflación y el implacable incremento de los gastos para fines militares, superó con creces el del Enterprise, alcanzando los 2.000-5.000 millones de dólares.
El Enterprise recibió también una nueva escolta: lo acompañarían en sus misiones en el mar cruceros atómicos dotados con misiles. Tres años después de la botadura del portaaviones, fue puesto en funcionamiento el primer destacamento de buques atómicos: el Enterprise escoltado por los cruceros Long Beach y Bainbridge.
El 31 de julio de 1964 estos tres buques, que recibieron el nombre del Primer Grupo Táctico, emprendieron el histórico viaje de circunnavegación sin que estuviera prevista ninguna recarga de combustible ni víveres.
El experimento tuvo éxito pero luego se reveló que, si bien en el caso del Enterprise el reactor nuclear era una opción imprescindible, resultaba más rentable dotar a los cruceros con turbinas de gas.
El Enterprise participó en muchos acontecimientos históricos de la Guerra Fría: la crisis de los misiles, las marchas hacia las costas de Vietnam, el patrullaje en el litoral africano, los ataques contra Libia de 1986, etc.
También fue una plataforma habitual para las pruebas de todo tipo de equipo técnico, empezando por los radares con antenas controladas por fases, instalados en el famoso cubículo y usados por el Enterprise durante los primeros 30 años de su servicio y acabando por los aviones de alerta temprana Hawkeye y los cazas F-14.
La vida útil de un portaaviones es larga. Muchos buques estadounidenses de este tipo han superado en su momento el límite de los 45 años; pero cumplir los 50 con plena operatividad sólo lo ha conseguido el Enterprise. Sin embargo, el día de su jubilación ya está fijado: en 2013, con la puesta en funcionamiento del modernísimo portaaviones Gerald Ford, el Enterprise abandonará las filas de la Marina estadounidense.
Su futuro es todavía incierto: hay quienes proponen abrir allí un museo, pero también hay partidarios de mandarlo al desguace para que su glorioso nombre pueda pasar a un sucesor suyo.

Afganistán procede a la creación de milicias



Kabul, 27 de septiembre, RIA Novosti. 
El Ministerio del Interior de Afganistán procedió hoy a la creación de grupos de milicias locales, los ‘malish', en los que planea implicar a unas 10.000 personas en una primera etapa.

Los ‘malish' se dedicarán a proteger las zonas de su residencia contra ataques talibanes. Recibirán armas y municiones del Interior, llevarán uniforme propio y van a cobrar un sueldo mensual equivalente a 150 dólares, el 60% del promedio que percibe un policía.

Las primeras milicias serán formadas en las provincias de Uruzgan, Paktika, Herat, Kandahar y Farah. El Interior espera que los ‘malish' contribuyan a reforzar las filas policiales que sufren un centenar de bajas mensualmente. Casi 600 policías afganos murieron y unos 1.800 resultaron heridos en los últimos seis meses, según los datos de ese departamento.

El submarino nuclear "Yuri Dolgoruki" concluye las pruebas de mar

Moscú, 27 de septiembre, RIA Novosti. 
El novísimo submarino nuclear ruso "Yuri Dolgoruki" regresó hoy a la base naval de Severodvinsk tras concluir con éxito las pruebas de mar, informó un portavoz de los astilleros Sevmash.

"Ha sido una de las expediciones más largas emprendidas en 2010. Todos los sistemas y equipos del submarino han funcionado bien y el personal mostró un excelente estado de preparación", dijo el portavoz.

El Comandante de la Marina de Guerra rusa, almirante Vladímir Visotski, había comentado a RIA Novosti que en 2010 está previsto efectuar tres lanzamientos de prueba del misil naval Bulavá y que uno de los lanzamientos sería realizado desde el "Yuri Dolgoruki".

"Ahora el submarino será preparado para presentarlo a la Comisión Estatal", agregó el portavoz de los astilleros Sevmash.

El sumergible desplaza 14.720/24.000 toneladas, puede alcanzar la velocidad de 15/29 nudos y sumergirse a 450 metros. Es capaz de navegar de forma autónoma durante 100 días sin emerger.

Corea del Norte prepara su dictatura de 'Tercera Generación'



ALMUDENA ARIZA / MIGUEL TORÁN 28.09.2010 - 14:01h

Corea del Norte, el país más aislado del mundo, se prepara para vivir una semana histórica. El dictador Kim Jon Il está a punto de dejar el mando a su tercer hijo, Kim Jon Un, del que no se sabe a ciencia cierta ni la edad que tiene.

El relevo se ha preparado en una reunión a la que asisten miles de delegados del Partido de los trabajadores, el único que existe, y que celebra su primera conferencia en 44 años.

En ella, se ha reelegido por unanimidad a Kim Jong-il como su secretario general mientras se anunciaba por la agencia oficial norcoreana KCNA que su hijo menor era ascendido a general de cuatro estrellas del Ejército, su primer alto cargo oficial y un indicio de que es el elegido para heredar las riendas del hermético régimen norcoreano.

Se trata de la mayor reunión política en Corea del Norte en las últimas tres décadas, desde que en 1980 se celebrara el congreso en el que actual dirigente norcoreano fue designado sucesor de su padre, Kim Il-sung, el "gran líder" y fundador del país.
El país más aislado del mundo

Pese al cambio de liderazgo, casi nadie piensa que algo cambiará en este régimen convertido en prisión para sus 22 millones de ciudadanos. En Corea del Norte no pueden usarse los móviles e Internet está prohibido. No hay libros o películas que no estén autorizados por el Gobierno y la gente se muere de hambre porque el Gobierno gasta la mayor parte de su presupuesto en mantener al Ejército.

El pueblo sigue venerando, por obligación, a Kim Il Sun, el fundador de esta dinastía comunista y todavía presidente, a pesar de que murió hace 16 años. Su hijo, Kim Jon Il, el líder actual, es un extravagante dictador que ha llegado a secuestrar a dos actores para que representaran escenas de sus películas favoritas. Un hombre que lleva alzas en los zapatos y se peina con tupé para parecer más alto y al que no le tiembla el pulso para firmar sentencias de muerte que acaban siendo ejecuciones públicas.

Kim Jon Il no ha podido delegar en su hijo mayor, detenido con pasaporte falso en el Disneylandia de Tokio y que ahora reside en Macao, donde lleva una vida de millonario retirado. Su segundo hijo fué descartado porque según su padre tiene una personalidad afeminada. Ahora, el futuro de Corea del Norte está en manos de Kim Jong Un, un joven cuya edad ronda los 27 años y del que poco más se sabe salvo que estudió en Suiza.
Los desertores, sin esperanza

Los miles de norcoreanos que en los últimos años han desertado y han huido de su país confían más bien poco en el futuro de Corea del Norte. La mayor parte de ellos nos dejan testimonios desgarradores de cómo escaparon y cómo viven el drama de estar lejos de sus familias. Corea del Norte y Corea del Sur son vecinos pero enemigos desde la guerra que los enfrentó hace 60 años.

El gobierno surcoreano admite a los desertores y les concede el estatuto de refugiados. Es curioso. Desde Corea del Norte apenas se tarda unas horas en llegar a Corea del Sur. Pero el recorrido puede ser de varios años para los que tratan de escapar.ç


La marina israelí asalta un barco de activistas judíos que querían romper el bloqueo a Gaza



RTVE.ES / AGENCIAS - JERUSALÉN 28.09.2010 - 12:09h

Comandos de la fuerza naval israelí han asaltado un barco judío Irene, que transportaba ayuda humanitaria para romper el bloqueo a Gaza, aunque sin que se hayan producido enfrentamientos violentos, según ha confirmado el ejército israelí a mediodía.

"Diez barcos de guerra israelíes obligaron al barco a navegar a rumbo al puerto israelí de Ashdod", ha declarado Amjad al-Shawa, uno de los miembros de la ONG que ha fletado el barco y que se encuentra en Gaza.

"Se fueron porque estaban rodeados, no tenían otra opción", ha añadido el activista confirmando lo apuntado por las fuerzas militares israelíes.

"Dijeron que nos acercábamos a una zona con un bloqueo naval y nos pidieron que cambiásemos de rumbo", había dicho anteriormente desde el barco uno de los activisras, Yonatan Shapira.

El barco de Irene, una pequeña embarcación de bandera británica, que lleva a siete activistas judíos pro-palestinos y a dos periodistas, había zarpado domingo de Famagusta en el norte de Chipre.
Acto simbólico de protesta

El "Irene" navega bajo bandera británica y ha sido fletado por organizaciones como la británica "Judíos por la Justicia para los Palestinos", la europea "Judíos Europeos por una Paz Justa", la estadounidense "Voz Judía por la Paz" y la australiana "Judíos contra la Ocupación".

Según los organizadores, se trata de "un acto simbólico de solidaridad y protesta no violenta" que insta al levantamiento del bloqueo

El Irene es el último barco que trata de romper los tres años de embargo naval al territorio palestino tras el ataque mortal de Israel a la Flotilla de la Libertad, que supuso la condena internacional, la última la del Consejo de Derechos Humanos de la ONU tras un informe de expertos que ya ha sido rechazado por Israel.

"No les obedeceremos, no les ayudaremos", ha declarado el capitán del barco, Glynn Secker, antes del asalto, aunque ha matizado que no se enfrentarían a los militares de manera violenta.

Israel ha pedido al barco, en el que Secker asegura que llevaban medicinas, juguetes terapeúticos, purificadoras de agua y motores fuera borda, que atraque en el puerto israel de Ashdod desde donde podrán transportar la carga a Gaza.



Ártico, la otra guerra de los mares


Katia Monteagudo
Prensa Latina


Varios conflictos se generan hoy en los mares, tras las búsquedas de nuevas fuentes de recursos energéticos, y ahora le llegó el turno a las frías aguas del Ártico.
Aunque el escenario resulta más inhóspito y por varias décadas sus dividendos poco interesaron, se ha desatado la fiebre por el oro negro congelado, tras los deshielos por el calentamiento global y la revelación del Servicio Geológico de los Estados Unidos, de que allí se encuentra el 25 por ciento de los hidrocarburos por descubrir en el planeta.
Según el estudio, el Ártico -donde confluyen territorialmente Estados Unidos, Rusia, Canadá, Groenlandia, Islandia, Suecia, Noruega y Finlandia-, tiene la segunda mayor reserva mundial de petróleo, solo por detrás de las de Zagros, en Irán.
De las costas de Groenlandia se podrían extraer unos 45 mil millones de barriles de crudo, cifra que abastecería el consumo mundial por un año y medio, además de minerales y diamantes cada vez más accesibles.
"La paradoja es que el cambio climático favorece la exploración ártica. Las petroleras sí creen en el cambio climático", explica Mariano Marzo, catedrático de Recursos Energéticos de la Universidad de Barcelona, ante el avance del nuevo nicho.

El 16 de agosto pasado los hielos árticos ocupaban 5,95 millones de kilómetros cuadrados, un 22 por ciento menos que la media del período 1979-2000, según el Centro de Datos del Hielo y la Nieve de Estados Unidos.

Esa cantidad resultó la menor cifra desde que comenzaron las mediciones por satélite en 1979. De uno de los glaciares de esa región se desprendió una placa que duplica en tamaño al de la ciudad de Barcelona.

Tal ritmo quizás confirme las previsiones de los científicos de que allí podría derretirse todo el hielo en el verano del 2070, como prueba de su alta sensibilidad ante el aumento de la temperatura global.
Para males mayores, esta región no tiene ningún estatus de protección, a diferencia de la Antártida, la cual resulta protegida de la explotación comercial por un tratado internacional que la consagró como reserva natural de la humanidad.
Los expertos aseveran que solo ha sido su inaccesibilidad la que la ha apartado de la explotación y de los riesgos inherentes a la actividad industrial, la contaminación y los efectos de la presencia humana.
No obstante, la reducción de esa masa helada está siendo apreciada de otra manera por las compañías petroleras, que ya comenzaron a llegar a los yacimientos de gas y petróleo que allí se acumularon bajo el amparo de sus hielos.
La firma escocesa Cairn Energy anunció el pasado mes de agosto su éxito en la búsqueda de hidrocarburos en la bahía de Baffin, al oeste de Groenlandia, aunque solo encontró gas a pocos kilómetros de su plataforma.

Si esta empresa encuentra crudo, los analistas auguran una nueva fiebre petrolera, más cuando se sabe que las poderosas Exxon y Chevron ya han comprado sus licencias de perforación y realizan los preparativos necesarios para operar.


A las nuevas posibilidades de prospección, se suman las rutas que podrían establecerse para comerciar y transportar el crudo por la zona.

Incluso, Rusia ya se lanzó a probar una nueva vía hacia China, de siete mil millas náuticas, mucho menor que la tradicional por el canal de Suez, de 12 mil millas náuticas.
El petrolero Baltika logró cruzar el paso del noreste y hacer una ruta entre Europa y Asia por Siberia. El buque salió el 14 de agosto del puerto de Murmansk, cargado con gas licuado y escoltado por dos rompehielos de propulsión nuclear.
Esta carrera por el oro negro congelado no se detiene ni con las preocupaciones añadidas por el vertido de la British Petroleum en el Golfo de México, muy demostrativo de las consecuencias de los accidentes en aguas profundas y de lo poco que se sabe de su manejo.


Tal hecho no detiene el avance de los consorcios energéticos, que saldan las dudas con la promesa de ser más cuidadosos, aunque en el Ártico -aseguran los expertos- son casi imposibles de aplicar medios contra derrames y los crudos no se evaporan.

"Estas operaciones son demasiado arriesgadas y empresas como Cairn deberían abandonar el Ártico y trabajar para desarrollar alternativas seguras y limpias", declaró Leila Deen, de Greenpeace a bordo del buque de esa organización que se lanzó a una nueva batalla ecológica, tras el inicio de las prospecciones de la compañía escocesa.

"Ver aquí una enorme plataforma en este hermoso y frágil paisaje es muy chocante", explicó Deen, mientras el barco Esperanza era detenido por la marina danesa, en el intento de Greenpeace de lograr una moratoria en la zona, considerada el hábitat de ballenas azules, osos polares, focas y disímiles aves migratorias.
Pero los conflictos, afirman los estudiosos, apenas comienzan a emerger en la región, históricamente convulsa por sus recursos naturales a lo largo de la historia.
Primero fue la cacería de las ballenas boreales. Entre 1610 y 1915, ingleses, holandeses y franceses realizaron un total de 39 mil 251 viajes para cazarlas, y no pocas veces terminaron a cañonazos.
Luego vendría el de la explotación del carbón en las Islas Svalbard, iniciado a principios del siglo XIX, y el que dio lugar a un reparto de asentamientos entre varios países.
Esas luchas sentaron en la mesa de negociaciones a 41 países en 1920, mediante lo cual Noruega vio reconocida su soberanía sobre el archipiélago.
Con el acuerdo (el Tratado de París) se garantizaba el derecho de los firmantes a tener libre acceso para aprovechar los recursos naturales de las islas, incluidos los pesqueros en las aguas territoriales inmediatas, y se prohibió los usos militares en las Svalbard.
Pero la interpretación del tratado nunca ha sido uniforme. Varios bacaladeros españoles fueron apresados por los noruegos entre mayo del 2004 y junio del 2007, acusados de incumplir la reglamentación pesquera de Noruega.
Este litigio ilustra, según analistas, los conflictos que podrían originarse ante las nuevas perspectivas de explotación del Ártico, sobre todo de sus yacimientos de gas y petróleo, nada despreciables ante la declinación de las prospecciones terrestres.
En virtud de la convención de la ONU sobre el derecho del mar, Estados Unidos, Canadá, Dinamarca, Rusia y Noruega pueden reclamar la soberanía sobre una plataforma continental, hasta las 350 millas, si demuestran que el fondo marino es una continuación natural geológica de su propio territorio.
Con los nuevos acontecimientos, la batalla para acotar las nuevas fronteras en el Océano Ártico ha empezado, aunque Noruega y Rusia ya hayan logrado un acuerdo para sus territorios fronterizos, tras 40 años de disputas.
Ahora Canadá, Rusia, Noruega, Estados Unidos y Dinamarca también se han lanzado a reclamar sus respectivos pedazos de tierra y de agua polar. La carrera hacia las enormes reservas de petróleo, gas y metales preciosos árticos se inicia, mientras sube la temperatura del planeta y ceden los otroras hielos perpetuos.
* Redacción de Temas Globales.




Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=223382&Itemid=1

La superpotencia energética del siglo XXI



Tom Dispatch


Si quieren saber en que dirección está soplando el viento global (o brillando el sol, o quemándose el carbón) miren a China. Las novedades en torno a nuestro futuro energético o al futuro de las grandes potencias del planeta vienen de allí. Washington ya está mirando. Y lo está haciendo con una alta dosis de ansiedad.
Pocas veces una entrevista de prensa ha dicho más acerca del cambio de poder global que está teniendo lugar en nuestro mundo. El 20 de julio, el economista en jefe de la Agencia de Energía Internacional (AEI), Faith Birol, declaró al Wall Street Journal que China había sobrepasado a Estados Unidos al convertirse en el primer consumidor mundial de energía. Uno podría leer esta noticia de diversas maneras: como una prueba de la superioridad industrial china, como una evidencia de la persistente recesión en los Estados Unidos, como prueba de la creciente popularidad de los automóviles en el país oriental e incluso como prueba de una mayor eficiencia energética comparativa estadounidense. Todas estas observaciones serían válidas. Pero obviarían la cuestión principal: al convertirse en el principal consumidor de energía planetario, China afianzará su papel dominante en la escena internacional y marcará el rumbo de nuestro futuro global.
Si se tienen en cuenta el estrecho ligamen entre energía y economía global, así como las crecientes dudas sobre la futura disponibilidad de petróleo y otros combustibles, las decisiones chinas en materia energética pasaran a tener un impacto de largo alcance. Como actor principal en el mercado energético global, China determinará de forma decisiva no sólo los precios que se pagarán por combustibles clave sino también los sistemas energéticos que predominarán de aquí en adelante. Es más: las decisiones chinas en materia energética determinarán si China y Estados Unidos pueden evitar verse arrastrados a una batalla global por la importación de petróleo y si el mundo escapará a un cambio climático de dimensiones catastróficas.
Cómo aumentar la propia primacía en el escenario mundial
Es difícil advertir el significado del nuevo predominio chino en materia energética si no se toma conciencia de lo que éste significó en su momento para la hegemonía de los Estados Unidos. Que la región noreste de los jóvenes Estados Unidos fuera rica en reservas acuíferas y de carbón fue decisivo para la industrialización temprana del país, así como para la eventual victoria del Norte en la Guerra Civil. Con todo, lo que convirtió a los Estados Unidos en un actor decisivo en el escenario global fue el descubrimiento de petróleo en Pennsylvania, en 1859. La extracción y exportación de petróleo alimentó la prosperidad estadounidense a comienzos del siglo XX -convirtiendo al país en principal productor mundial- así como el ascenso de sus gigantescas empresas. No debe olvidarse, en este sentido, que la primera empresa transnacional -la Standard Oil Company, de John D. Rockefeller- se fundó a partir de la explotación y exportación de petróleo estadounidense. La legislación anti-trust partiría a Standard Oil en 1911, pero dos de sus principales descendientes, la Standard Oil de Nueva York y la Standard Oil de Nueva Jersey, acabaron por fusionarse en lo que actualmente es la empresa que cotiza en bolsa más rica del mundo, Exxon Mobil. Otra de sus descendientes, la Standard Oil de California, se convertiría en Chevron, hoy la tercera empresa más rica de los Estados Unidos.
El petróleo también desempeñó un papel clave en el ascendente poder militar de los Estados Unidos a escala planetaria. Ello le permitió, por ejemplo, proporcionar a las fuerzas aliadas tanto en la I como en la II Guerra Mundial la mayor parte del petróleo que necesitaban. Entre las grandes potencias de la época, de hecho, sólo los Estados Unidos eran auto-suficientes en materia de petróleo. Ello significaba que podían mantener ejércitos numerosos en Europa y Asia, superando así a las bien equipadas (pero muy pobres en petróleo) fuerzas alemanas y japonesas. Pocos toman hoy conciencia de estos hechos. Los arquitectos de la victoria norteamericana en la Segunda Guerra Mundial, incluido el presidente Roosevelt, tenían claro en cambio que eran las reservas petroleras de la nación, más que la bomba atómica, lo que acabaría siendo decisivo.
Al haber creado una estructura económica y militar basada en el petróleo, los dirigentes estadounidenses se vieron forzados a adoptar medidas cada vez más costosas y desesperadas para asegurar que ésta contara siempre con una provisión adecuada de energía. Tras la Segunda Guerra Mundial, a medida que las reservas domésticas comenzaron a menguar, los sucesivos presidentes norteamericanos se vieron obligados a pergeñar una estrategia mundial que asegurara de su país al petróleo trasnoceánico. En un comienzo, los escogidos para actuar como "gasolineras" de las refinerías y de las fuerzas militares norteamericanas fueron los reinos de Arabia Saudita y del Golfo Pérsico. Las empresas petroleras estadounidenses, especialmente las descendientes de la Standard Oil, recibieron innumerables estímulos y ayudas para asegurarse una mayor presencia en estos países. En buena medida, de hecho, la mayoría de los pronunciamientos estratégicos de posguerra -la Doctrina Truman, la Doctrina Eisenhower, la Doctrina Nixon, y muy especialmente la Doctrina Carter- tuvieron como objetivo proteger estas "gasolineras".
También hoy, evidentemente, el petróleo desempeña un papel central en los planes y acciones mundiales de Washington. El Departamento de Estado, por ejemplo, mantiene aún una costosa y firmemente arraigada fuerza militar en el Golfo Pérsico con el objetivo de garantizar la "seguridad" de las exportaciones de petróleo de la región. Y ha extendido también su brazo armado a algunas zonas clave de producción de petróleo del Mar Caspio y del África occidental. La necesidad de mantener lazos amistosos y relaciones militares con proveedores importantes como Kuwait, Nigeria y Arabia Saudita, continúa dominando la política exterior estadounidense. Igualmente, a medida que el calentamiento global avanza, el interés norteamericano sobre el Ártico y sus reservas de hidrocarburos también se ha disparado.
¿Un planeta de carbón?
Al igual que ocurrió en el pasado, es muy probable que el hecho de que China haya desplazado a los Estados Unidos como consumidor global de energía altere también su política exterior. No hay duda, como mínimo, de que afectará las relaciones chino-estadounidenses, por no hablar de la agenda política mundial. Teniendo en cuenta la experiencia estadounidense ¿puede esperarse otra cosa de China?
Cualquiera que lea las páginas de negocios de la prensa puede advertir que la cuestión energética es una de las más importantes para los dirigentes chinos. Prueba de ello son los cuantiosos recursos dedicados a la materia, así como la procura planificada de nuevas fuentes de provisión. Los dirigentes chinos, de hecho, deben afrontar ahora dos desafíos: asegurarse suficiente energía para afrontar una demanda creciente y decidir qué combustibles les permitirán satisfacer estas exigencias. La manera en que China responda a estos desafíos tendrá un impacto decisivo en el escenario global.
De acuerdo a las proyecciones más recientes del Departamento de Energía de los Estados Unidos, el consumo de energía en China crecerá alrededor de un 133% entre 2007 y 2035, esto es, de 78 a 132 cuatrillones de unidades térmicas británicas (BTU, en inglés). Para entender lo que esto significa piénsese en lo siguiente: los 104 cuatrillones de BTU que China necesita incorporar a sus insumos energéticos en el próximo cuarto de siglo equivalen al total del consumo energético de Europa y Oriente Medio en 2007. Encontrar e inyectar en China todo este petróleo, todo este gas natural y muchos otros combustibles será sin dudas el principal desafío económico e industrial de Pekín, un desafío que encierra posibilidades reales de fricción y conflicto.
Si bien la mayoría de las fuentes energéticas chinas son de origen doméstico, los crecientes gastos de importación de combustibles (petróleo, gas natural y uranio) y de maquinaria específica (refinerías de petróleo, plantas generadoras de energía, reactores nucleares) acabarán por determinar de manera significativa el precio mundial de estos ítems, un papel que hasta ahora había sido desempeñado básicamente por los Estados Unidos. Más importante aún serán, con todo, las decisiones de Pekín acerca del tipo de energía en la cual invertir.
Si los dirigentes chinos siguieran sus intuiciones naturales, sin duda evitarían toda dependencia fuerte de combustibles importados. Como es sabido, la dependencia energética extranjera vuelve a un país muy vulnerable respecto de posibles interrupciones en el suministro o, en el caso chino, de un eventual bloqueo estadounidense (en el supuesto, pongamos por caso, de un conflicto prolongado con Taiwan). Se atribuyen a Li Junfeng, un alto funcionario de energía chino, unas declaraciones en las que habría afirmado que "la provisión de energía debería venir de sitios en los que puedas pisar", es decir, de fuentes domésticas.
Hay una clase de combustible que China posee en abundancia: carbón. Según cálculos recientes del Departamento de Energía, el carbón representará alrededor de un 62% de la provisión neta de energía china en 2035, apenas un poco menos que en el presente. Una dependencia tan alta del carbón, sin embargo, también exacerbaría los problemas ambientales del país, lo cual aumentaría los costos en materia sanitaria y acabaría por afectar al resto de la economía. Sumado a esto, China es hoy el principal emisor de dióxido de carbono. Según el Departamento de Energía, la cuota china de emisiones de dióxido de carbono pasaría del 19,6% de 2005 -cuando todavía estaba por debajo del 21,1% de los Estados Unidos- a un 31.4% en 2035, por encima ya de cualquier otro país.
Mientras Pekín se niegue a reducir de manera significativa su dependencia del carbón, sus declaraciones y compromisos sobre el calentamiento global serán pura retórica. Será sencillamente imposible que adopte cualquier medida para afrontar el cambio climático. Y también en este ámbito, su actuación alterará claramente la faz del planeta.
Últimamente, en todo caso, los dirigentes del país parecen haberse vuelto más sensibles a los riegos de una dependencia excesiva del carbón. Son numerosas las voces que insisten en la necesidad de desarrollar energías renovables, especialmente eólica y solar. En poco tiempo, de hecho, China se ha convertido en el principal productor mundial de turbinas de viento y paneles solares, y ha comenzado a exportar su tecnología a los Estados Unidos (algunos economistas y sindicatos han denunciado que China está subsidiando de manera ilegítima sus exportaciones vinculadas a energías renovables, en clara violación de las normas de la Organización Mundial del Comercio).
El apoyo de China a las energías renovables sería una buena noticia, siempre que comportase una reducción significativa en el uso de carbón. Al mismo tiempo, las mejoras técnicas en este ámbito podría colocar al país oriental en la vanguardia de una auténtica revolución tecnológica, del mismo modo que la primacía de los Estados Unidos en tecnología petrolífera los catapultó al frente de las potencias mundiales en el siglo XX. Es más, si los Estados Unidos no consiguen mantener el ritmo de China, podríamos asistir a una aceleración en su declive como potencia mundial. 
¿De quién es Arabia Saudita?
La sed china de energía complementaria también podría conducir rápidamente a una situación de fricción y conflicto con los Estados Unidos, sobre todo si se piensa en un escenario de creciente competencia mundial por fuentes de petróleo cada vez más escasas. A medida que su consumo energético se dispara, China necesita utilizar más petróleo. Esto necesariamente la forzará a una mayor presencia económica, política, y quizás algún día incluso militar en las grandes regiones productoras, unas zonas que Washington siempre ha considerado como reservas energéticas exclusivas suyas.
En 1995, China sólo consumía unos 3,4 millones de barriles de petróleo por día. Esto suponía una quinta parte de la cantidad utilizada por los Estados Unidos, por entonces el principal consumidor mundial, y unas dos terceras partes del consumo japonés, segundo a escala mundial. Como China extraía 2,9 millones de esos barriles de sus propios pozos, sus importaciones no pasaban de los 500.000 barriles por día. Mientras, los Estados Unidos importaban 9,4 millones de barriles y Japón unos 5,3 millones.
Hacia 2009, China había pasado a ocupar el segundo puesto con 8,6 millones de barriles diarios, una cantidad todavía inferior a los 18,7 millones de los Estados Unidos. Sin embargo, el porcentaje de producción doméstica había decaído a unos 3,8 millones de barriles diarios, lo mismo que le había ocurrido a los Estados Unidos en tiempos de la Guerra Fría. A esas alturas, en efecto, China importaba ya 4,8 millones de barriles diarios, mucho más que Japón -que en realidad había conseguido disminuir su dependencia del petróleo- y casi la mitad que los Estados Unidos. En las décadas que vienen, todo indica que estas cifras no harán sino empeorar.
De acuerdo a las proyecciones del Departamento de Energía, China desplazará a los Estados Unidos como principal importador de petróleo, con unos 10,6 millones de barriles diarios, hacia el año 2030 aproximadamente (algunos expertos creen incluso que podría ocurrir antes). Con independencia de la fecha exacta, lo cierto es que los dirigentes chinos están ya inmersos en el mismo "dilema" de poder que su contraparte estadounidense tuvo que afrontar durante años, al depender de un recurso vital que sólo pueden proporcionar un puñado de productores poco confiables pertenecientes a áreas de crisis y conflictos crónicos.
Actualmente, en efecto, China obtiene la mayor parte del petróleo que importa de Arabia Saudita, Irán, Angola, Omán, Sudán, Kuwait, Rusia, Kazajistán, Libia y Venezuela. Ansioso por asegurar la confiabilidad de los flujos de petróleo provenientes de estos países, Pekín ha establecido estrechos lazos con sus líderes, y en algunos casos les ha proporcionado considerable ayuda militar y económica. Este es exactamente el mismo camino que siguió en su momento Washington con algunos de estos mismos países.
Las empresas públicas de energía chinas también han establecido "partenariados estratégicos" con empresas de estos países e incluso se han reservado el derecho a explorar otros depósitos petrolíferos. Es especialmente llamativo cómo Pekín ha intentado socavar la influencia de los Estados Unidos en Arabia Saudita y entre otros productores cruciales del Golfo Pérsico. En 2009, por vez primera, China importó más petróleo de Arabia Saudita que de Estados Unidos, un cambio geopolítico de notable importancia, dada la historia de las relaciones estadounidenses-saudíes. Aunque no compite con Washington en materia de ayuda militar, Pekín no ha dejado de desplazar a sus dirigentes más importantes a Riad con un mensaje claro: apoyar las demandas saudíes sin recurrir a la retórica pro democracia y pro derechos humanas a menudo asociada a la política exterior estadounidense.
Estas prácticas deberían sonar bastante familiares. Después de todo, los Estados Unidos también intentaron halagar a los saudíes cuando vieron que el reino podía operar como su "gasolinera" transoceánica si lo convertían en un protectorado militar. En 1945, hacia el fin de la Segunda Guerra Mundial, el presidente Roosevelt realizó un viaje especial para encontrarse con el Rey Absul Aziz de Arabia Saudita y firmar un acuerdo de protección a cambio de petróleo que perdura hasta hoy. No sorprende, en este contexto, que los dirigentes estadounidenses no vean (o se cuiden de reconocer) la analogía y prefieran presentar la intrusión de China en Oriente Medio como una política antagónica a la suya.
A medida que la dependencia china de los productores transoceánicos crezca, sus lazos con sus líderes probablemente crecerán también, lo que producirá roces mayores en el escenario internacional. Las reticencias de Pekín, por ejemplo, a romper sus vitales vínculos energéticos con Irán, han frustrado ya los intentos de Estados Unidos de imponer nuevas sanciones económicas a dicho país con el objeto de que abandone sus operaciones con uranio enriquecido. De manera similar, el reciente préstamo chino de 20.000 millones de dólares a la industria petrolera venezolana ha insuflado aires al presidente Hugo Chávez, en un momento en que su popularidad interna, así como su capacidad para contrarrestar las políticas estadounidenses, estaban deteriorándose. Los chinos también han mantenido sus lazos de amistad con el presidente Omar Hassan Ahmad al Bashir, de Sudán, a pesar de los esfuerzos de Washington para presentarlo como un paria internacional por su supuesto papel en las masacres de Darfur. 

La diplomacia de armas por petróleo en un planeta peligroso.
La pretensión china de estrechar vínculos con sus proveedores de petróleo ya ha producido algunas fricciones con los Estados Unidos. A medida que entremos en la era del "petróleo degradado" y que la oferta mundial de petróleo accesible disminuya rápidamente, los riesgos de un conflicto más serio también aumentarán.
Según los cálculos del Departamento de Energía, la provisión mundial de petróleo y de otros líquidos derivados de éste será en 2035 de unos 110,6 millones de barriles por día, suficiente como para poder anticipar la demanda global llegado el momento. Sin embargo, algunos geólogos piensan que la producción global de petróleo alcanzara un umbral bastante inferior a los 100 millones de barriles por día hacia 2015, y que comenzará a caer a partir de entonces. Sumado a ello, el petróleo sobrante sólo podrá encontrarse en zonas de difícil acceso o en regiones altamente inestables. Si estas previsiones son correctas, los Estados Unidos y China -los dos principales importadores de petróleo- podrían verse atrapados en un juego de suma cero para acceder a unas fuentes de petróleo exportable claramente decrecientes.
Evidentemente, es imposible predecir lo que podría ocurrir en un supuesto semejante. Si ambos países continúan con su política actual de armar a los proveedores aliados en un intento desesperado de obtener ventajas a largo plazo, estos proveedores también pueden dirigir sus sospechas o temores a sus (igualmente bien armados) vecinos. El incremento de asesores militares e instructores chinos y estadounidenses en dichos países podría incluso arrastrar a ambas potencias a guerras locales y conflictos fronterizos. Ni Pekín ni Washington buscarán dicho escenario, pero la lógica de la diplomacia de armas por petróleo vuelve inevitable este riesgo.
No es complicado, en definitiva, dibujar un futuro en el que los Estados Unidos y China se vean atrapados en una lucha global por las reservas restantes de petróleo. No son pocos en Washington. de hecho, los que consideran la colisión casi inevitable. "La concentración china de cara a posibles contingencias en el estrecho de Taiwan [...] es un impulso importante a su modernización [militar]", constataba el Departamento de Defensa en la edición de 2008 de su informe anual, El Poder Militar de la República Popular China. "Sin embargo -continuaba- un análisis de sus adquisiciones militares y de su pensamiento estratégico sugiere que Pekín también está desarrollando capacidades para afrontar otras contingencias, como podrían ser los conflictos por recursos".
Los conflictos por reservas planetarias de petróleo no son, con todo, el único camino que el nuevo estatus de China como potencia energética podría abrir. También es posible, en efecto, imaginar un futuro de mutua cooperación entre China y Estados Unidos con el objetivo de buscar alternativas energéticas que evitarían la necesidad de inyectar sumas ingentes en la carrera armamentística naval y militar. El presidente Obama y su homólogo chino, Hu Jintao, parecieron entrever dicha posibilidad cuando, en una cumbre celebrada en Pekín el pasado noviembre, acordaron colaborar en el desarrollo de combustibles y sistemas de transporte alternativos.
Llegados a este punto, sólo hay un par de cosas claras. La primera: mientras mayor sea la dependencia china de la importación de petróleo, mayor será el riesgo de fricción y de conflicto con los Estados Unidos, cuya dependencia de fuentes problemáticas de energía también es creciente. La segunda: mientras mayor sea su dependencia del carbón, menos cómoda será nuestra vida en el planeta. Finalmente, mientras mayor sea su énfasis en combustibles alternativos, más posibilidades tendrá de convertirse en la gran potencia del siglo XXI. La respuesta, entre todas las posibles, que China pueda dar a sus necesidades energéticas, es aún incierta. Cualquiera sea su decisión, sacudirá al mundo.
Michael T. Klare es profesor de estudios de Paz y Seguridad Mundial en el Hampshire College. Su último libro es Rising Powers, Shrinking Planet: The New Geopolitics of Energy (Metropolitan Books).
Traducción para www.sinpermiso.info: Xavier Layret


EL EJÉRCITO APOYA AL HIJO MENOR DE KIM JONG-IL COMO SUCESOR



Hoy se inaugura en Pyongyang, capital de Corea del Norte, una conferencia del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte, la primera en 30 años. Se espera que Kim Jong-un, el hijo menor del líder comunista Kim Jong-il, sea nombrado como su posible sucesor.

El Ejército ya nombró a Kim Jong-un delegado del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte en esta reunión. Además, él y Kim Kyung Hui, hermana de Kim Jong-il, han sido nombrados generales del Ejército.

Se especula también que en la conferencia se otorgue un importante cargo del Comité Central del partido al cuñado del líder norcoreano, Chang Sung-taek, uno de los hombres más poderosos del país, con el objetivo de garantizar la sucesión.

Mientras tanto, en Pyongyang finalizan las últimas preparaciones para el evento. Varios delegados de la reunión del partido llegaron a la capital en tren el domingo. La ciudad está adornada con banderas y carteles que anuncian el evento.

Kim Jong-un es el hijo menor del dictador norcoreano que supuestamente tiene unos 26 o 28 años. Ha estudiado bajo una identidad falsa en una escuela internacional en Berna (Suiza), y habla inglés y alemán. Además, le gusta el baloncesto y la música occidental. Se dice de él que tiene capacidad de liderazgo y se parece y actúa como su padre.


ENTREVISTA LAVROV: RESPUESTA SOBRE DECRETO PRESIDENCIAL DE MISILES A IRÁN




Este sábado se ha firmado y ha entrado en vigor, el decreto presidencial ruso, sobre la prohibición de la venta de sistemas antimisiles S-300 a Irán. Este documento, de hecho, sigue la línea de la resolución 19/29, aprobada por el consejo de seguridad de la ONU con la participación de Rusia.

Así lo confirmaba el Gobierno de Rusia según se desprende de la entrevista que el ministro de Esteriores ruso Serguéi Lavrov, ofreció en exclusiva al programa Vesti del canal de televisión Rossiya. “La prohibición de la venta de los complejos antiaéreos S-300 a Irán sigue la línea de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU”.

“Es cierto que ésta contiene compromisos pero se trata de compromisos que toman en cuenta nuestra postura. Por lo tanto, consentimos que se aprobara e incluso la apoyamos”, comentó.

De hecho, el decreto presidencial sólo establece lo que se le exige de Rusia y al resto de los países en sus relaciones con el régimen de Teherán después de la adopción de esta nueva resolución.

“Creo que los iraníes lo entienden todo perfectamente. Irán es un país muy antiguo con una diplomacia multisecular. Los diplomáticos de este país son muy profesionales, tienen una formación excelente y conocimientos muy vastos. Tradicionalmente la diplomacia iraní tiende a negociaciones interminables. Regatean hasta el último momento, intentan arrancar el máximo de lo que se puede e incluso, a veces, traspasan los límites de lo posible sometiendo así a sus socios a una prueba para ver si su reacción será negativa o si se tragan tal transgresión”, agregó el ministro de Exteriores.

“Es evidente que al mismo tiempo debemos afrontar los problemas que están relacionados con la parte sustanciosa del expediente nuclear iraní. Nuestros amigos iraníes podrían ser más operacionales a la hora de reaccionar a la situación actual. Cuento con que el encuentro organizado a nivel de los ministros del grupo '5+1' y donde ha sido adoptada una declaración muy precisa que confirma explícitamente nuestra disposición a reanudar las negociaciones, sea eficaz y con que las negociaciones empiecen en un futuro no muy lejano”, concluyó.








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RUSIA Y CHINA ENTRAN EN CONTACTO ENERGÉTICO Y NUCLEAR


El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, y su homólogo chino, Hu Jintao, firmaron una serie de acuerdos de colaboración económica entre los que destacan varios convenios en las áreas nuclear y energética.

"Estos documentos extienden los horizontes de nuestra interacción. Son ámbitos como la energía eléctrica, la eficiencia energética, el desarrollo de redes eléctricas, la energía nuclear y las altas tecnologías", manifestó Medvédev a periodistas, quien realiza una visita de tres días al gigante asiático.

Los acuerdos firmados

Entre los acuerdos firmados entre Rusia y China destacan los convenios sobre la cooperación en industria petrolera y un memorando de entendimiento en cooperación de industria carbonífera y la cooperación en eficiencia energética y en el uso de recursos de energía renovables, sobre uso pacífico de la energía nuclear y diseño tecnológico de dos unidades de la planta nuclear de Tianwan, en la oriental provincia de Jiangsu, cercana a Shanghái.

A esos convenios se suma una carta de intención sobre inversiones entre RUSAL, el mayor productor de aluminio del mundo, y China North Industries Corporation, entre otros, incluido uno en el sector bancario

Además, las estatales Gazprom y Corporación Nacional del Petróleo de China (CNPC) suscribieron un acuerdo para extender el suministro de gas ruso al gigante asiático, aunque fuentes rusas aseguraron que el precio de adquisición del combustible se sigue negociando, indicó la agencia Xinhua.

CNPC también firmó un acuerdo con la empresa rusa Rosneft para la cimentación de una refinería en la ciudad costera de Tianjin, un proyecto con un presupuesto de 5.000 millones de dólares y que será capaz de procesar 260.000 barriles diarios de crudo cuando entre en funcionamiento, para el año 2015.

La pesca, la lucha antiterrorista también han sido reglamentadas por los documentos. La cooperación financiera encontró el reflejo en convenio de crédito para la exportación entre el Banco Comercial e Industrial de China (ICBC), el mayor banco del mundo por capitalización de mercado, y el ruso VTB Bank.

Además, Dmitri Medvédev y Hu Jintao tomaron parte en la ceremonia de inauguración del tramo chino del Gran Oleoducto Oriental, un ramal de 1.030 kilómetros que enlaza los yacimientos de Siberia Oriental con el océano Pacífico y que a partir del 1 de enero de 2011 transportará el equivalente a 300.000 barriles de petróleo diarios.

La evolución positiva de la cooperación comercial y económica entre Rusia y China


El presidente ruso resaltó la evolución positiva de la cooperación comercial y económica bilateral entre Rusia y China.

"Constatamos con satisfacción que las tendencias negativas del año pasado están superadas. La crisis económica mundial incitó la caída de nuestro comercio, pero este año hemos recuperado las pérdidas y, lo más probable, alcanzaremos los niveles precrisis", resumió Dmitri Medvédev.

El comercio bilateral con China se recuperó en la primera mitad de este año y alcanzó un volumen de 25.500 millones de dólares "y llegaremos al nivel de antes de la crisis", aseguró el dirigente ruso, en referencia al año 2008, cuándo el intercambio comercial llegó a la cifra récord de 55.900 millones de dólares.

Dmitri Medvédev y Hu Juntao asimismo acordaron seguir cooperando en el marco de los bloques G-20, la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y las potencias emergentes BRIC.




La agenda de la visita de Dmitri Medvédev

El jefe ruso comenzó ayer su segunda visita a China con un acto conmemorativo por el 65 aniversario de la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial.

De acuerdo con el programa, el presidente de Rusia concluirá su estancia mañana, cuando asistirá al Día del Pabellón de Rusia en la Exposición Universal de Shanghái.


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