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jueves, 20 de septiembre de 2012

China muestra el segundo caza de quinta generación

China muestra el  segundo caza de quinta generación
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Las imágenes del segundo prototipo del caza chino de quinta generación, publicadas en varios portales digitales chinos, tienen el objetivo de mostrar los adelantos de la industria militar china de cara al XVIII Congreso del Partido comunista.


Próximamente, en la red podrían aparecer nuevas filtraciones sobre el caza que desarrolla la Corporación aeronáutica de Shenyang, luego de lo cual la existencia de este avión será reconocida oficialmente. Acto seguido, comenzarán las noticias triunfalistas sobre su primer vuelo, opina el experto del Centro de análisis de estrategias y tecnologías, Vasiliy Kashin.

La información sobre el primer caza chino de quinta generación - J-20- aparece según el mismo esquema. Lo desarrolló la Corporación aeronáutica de Chengdu.

Las Corporaciones aeronáuticas de Shenyang y de Chengdu forman parte de la Corporación china de industria aeronáutica (AVIC) y se especializan en fabricar cazas.

El director general de la AVIC, Lin Choming, mencionó como una de las causas principales de la fundación de una corporación nacional la tarea de evitar paralelismo en el trabajo y una competividad innecesaria. De ahí que ambos cazas chinos de quinta generación se complementen mutuamente, ocupando cada uno su nicho en el mercado y cumpliendo misiones diferentes.


A juzgar por las fotos disponibles, el caza J-21 es más pequeño y, por consiguiente, más ligero que el J-20. En cuanto a este último, se hacían conjeturas de que por sus características es un avión de ataque. Correspondientemente, el J-21 es más bien un caza destinado para emplazarse en portaaviones, sostiene Vasiliy Kashin.

De confirmarse la información sobre el nuevo caza J-21, China será el único país que a un mismo tiempo desarrolle dos aviones de quinta generación. Ni Rusia, ni EEUU no han podido permitirse tal lujo, sin hablar ya de la Unión Europea que no ha encontrado recursos para desarrollar cazas de quinta generación.

Y eso que China no posee la tecnología clave mínima para producir este tipo de aviones: su industria no puede fabricar motores para aviones modernos.

Incluso para los cazas de cuarta generación, que constituyen el núcleo de los aviones de ataque de la Fuerza Aérea china, la mayor parte de sus motores los compra a Rusia.

Los requisitos que deben reunir los cazas de quinta generación, son más elevados. Deben poseer velocidad de crucero más alta que la del sonido y una autonomía de vuelo mucho más grande. Por lo visto, también en los nuevos cazas chinos se instalarán motores rusos.

Dos prototipos de cazas de quinta generación es un sólido motivo de orgullo para China. Pero al propio tiempo no podemos descartar que los ensayos y la eliminación de las deficiencias se demoren por mucho tiempo y requieran de asistencia extranjera.

De momento, el J-20 y el J-21 más bien evidencian ciertos avances tecnológicos, mientras la capacidad de combate de la Fuerza Aérea china se ve determinada por otros programas, relacionados con la modernización de los aviones de cuarta generación que ya se producen en serie.

ach/ks/ap

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