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miércoles, 3 de octubre de 2012

25 de septiembre de 2012
Andréi Kisliákov, para Rusia Hoy
La comunidad internacional de expertos político-militares lo constata: las relaciones entre Rusia y Estados Unidos y de éstos con China se han convertido en el nexo principal de las relaciones internacionales en el mapa actual del mundo. ¿Qué retos plantea un nuevo nudo estratégico global?
Ejército militar de China. Fuente: AP.


China ya ha superado a los EE UU en producción industrial y en volumen de exportaciones. Entre los años 2016-2018, China sobrepasará a los EE UU en términos de PIB, y en 2025, en términos de gasto militar. EE UU está ahora tratando de adaptarse al nacimiento de un mundo policéntrico, intentando consolidar el mundo unipolar que parece haber fracasado.



Los EE UU han hecho un 'sobresfuerzo': retiraron a sus soldados de Irak, van a retirarse de Afganistán. Se enfrentan hoy a un enorme déficit presupuestario. De acuerdo con las estimaciones para el año fiscal 2013, de cada dólar gastado del presupuesto de los EE UU, 30 centavos se pagarán en deuda: principalmente a China.



Los aspectos económicos en la negociación con estos países son ahora la cuestión prioritaria, pero la escalada militar china está causando creciente preocupación en Washington. A día de hoy, China no sólo puede proteger su territorio, sino que también empieza a desarrollar su potencial, lo que le permitiría ampliar su 'perímetro de seguridad' en el Océano Pacífico.



A principios de este año, EE UU publicó una nueva doctrina militar que suponía un cambio significativo en su estrategia militar. En ella, por primera vez, China ha sido denominada enemigo potencial de los EE UU, junto con Irán.



De acuerdo con el director del Instituto ruso de estudios norteamericanos y canadienses (ISKRAN), Serguéi Rogov, "la competencia militar entre EE UU y China comienza en un momento en que estos países soneconómicamente interdependientes."



"La construcción militar en China va a un ritmo frenético. Se está llevando a cabo el total rearmamento de las fuerzas armadas chinas, y sin pérdida en la cantidad de personal y tecnología. Hace 15-20 años, el ejército chino poseía de 8.000 a 10.000 tanques y ahora tiene casi los mismos; pero ya en la década de los noventa había numerosas variantes del Tipo 55, y ahora el 30-40% de estos tanques son máquinas de Tipo 96 y T-99 que son, en pocas palabras, una nueva generación de vehículos blindados. En la aviación, los aviones antiguos, como el J-8, han cambiado al nuevo J-11 ", explica el director adjunto del Instituto de análisis político-militar de Moscú, Alexánder Jramchijin.



En junio, la publicación estadounidense con más autoridad en cuestiones aeroespaciales internacionales, el semanario Aviation Week & Space Technology, publicaba una afirmación respaldada por políticos de alto nivel y funcionarios de inteligencia de los EE UU: ante el estallido de una crisis en las relaciones con China, lo más probable es que Pekín vaya primero a una huelga. Además, si el conflicto es fugaz, entonces el resultado no será favorable a los EE UU.

La esencia de la preocupación de Estados Unidos yace en el hecho de que los sistemas de control de las fuerzas armadas del Pentágono y los canales nacionales de recolección y procesamiento de inteligencia dependen en un 80% de la estructura espacial. En otras palabras, sin un satélite que las dirija, todas las armas modernas colmadas de bombas 'inteligentes' y misiles guiados de precisión no son más que chatarra.



Los expertos estadounidenses en el ámbito del armamento y la inteligencia están convencidos de que, en el caso de una 'crisis Celestial', habría ataques cibernéticos y se lanzarían armas anti-satélite. Según el Ministerio de Defensa de los EE UU, la estrategia militar y de comunicación de las fuerzas armadas chinas es posible gracias a una “ciber-brigada” especial, capaz de atacar los sistemas informáticos del enemigo. El entrenamiento para el combate por computadora es una asignatura obligatoria en el programa de entrenamiento militar del ejército chino.



En cuanto al desarrollo de armas anti-satélite, el programa correspondiente será obligatorio en Pekín, tras el éxito de la coalición para el rescate de Kuwait. Resulta impresionante la variedad en sus formas. Las fuerzas aéreas coordinan el trabajo de todo el espectro de cuestiones espaciales militares, y la participación activa en el amplio uso de satélites 'regulados' en órbitas 'cerradas', con los que, en el caso de lanzar una acción militar, pueden matar. Además de esto, se ha previsto utilizar masivamente los mini-satélites baratos como medio de ataque.



Sobre la posible posición de Rusia dadas las circunstancias, Rogov dice claramente: "En el triángulo Rusia-China-EE.UU, nuestro interés se reduce a tratar de mantener relaciones fluidas con Pekín y Washington, sin fomentar el bloqueo de Estados Unidos contra China ni de China contra los EE UU ".



Un experto ruso en las relaciones Rusia-EE UU se mostró cautelosamente optimista: “El comercio ruso-estadounidense, a pesar de no ser muy grande, casi ha vuelto a los niveles anteriores a la crisis. Así que creo que el 'reinicio' ha sido un éxito; pero ya se ha agotado. Ahora la cuestión radica en saber cuál es el programa más allá de las relaciones ruso-estadounidenses. El hecho es que el ambiente de campaña electoral hace que sea muy difícil conseguir ningún tipo de compromiso".



Sin embargo, la actual integración de Rusia en los procesos globales nos da esperanzas de que las relaciones con Occidente y Oriente en el área estratégica seguirán siendo predecibles.

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