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domingo, 18 de noviembre de 2012

La alarma más segura contra un ataque nuclear

Rusia busca desarrollar un sistema de alerta temprana de misiles seguro, que no se repita episodios que podrían desencadenar una catástrofe mundial. Fuente: ITAR-TASS


Oleg Ostapenko, viceministro de Defensa y excomandante de las Tropas de Defensa Aérea y Espacial,, anunció que en el primer cuatrimestre del 2013 el Sistema de Radiolocalización del tipo “Voronezh-DM” empezará a funcionar a plena capacidad en la zona de Armavir (Krasnodarski krai).

“La puesta en marcha y el estado de alerta militar del nuevo segmento permitirá “cubrir” la zona de responsabilidad del Sistema de Radiolocalización Gabalinski como “Darial” en Azerbayán y, de hecho, sustituirlo en esa dirección”, aclaró el viceministro.

Oleg Ostapenko se refiere a la estación del Sistema de Radiolocalización de un diapasón decimétrico que fue desplegada en febrero del año 2009, con una zona de responsabilidad orientada al suroeste, hacia el sur de Europa hasta la costa de de África del Norte.

El nuevo segmento del Sistema de Radiolocalización permitirá cubrir la estaciones de radar que están enfocadas hacia Turquía, Irak, Irán, India y los estados de Oriente Próximo.

Efectivamente, no hay que subestimar la importancia del sistema de alerta temprana. En un sentido completo, se trata de una “alarma de vigilancia” cuya zona de responsabilidad es toda la Tierra.

Cuando el sistema de alerta falla
Se conocen casos en los que, debido a un fallo del sistema de alarma, se habría podido desencadenar una catástrofe universal.

El primero tuvo lugar el 9 de noviembre del año 1979. El centro de gestión nacional del Comando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (NORAD), situado en un búnker en las entrañas de la montaña Cheyenne, el Centro Nacional de Mando en el Pentágono y el Centro de Mando Nacional de Emergencia Fort Ritchie recibieron el aviso de que la Unión Soviética estaba realizando un ataque nuclear con el objetivo de aniquilar los sistemas de control de las fuerzas nucleares de EE UU.

Inmediatamente, en los tres puntos de mando empezaron las reuniones con la participación de altos cargos militares. En las instalaciones del misil balístico intercontinental 'Minuteman' recibieron la orden de prepararse para el lanzamiento. Se declaró la alerta en todo el sistema de defensa antiaérea, y se lanzaron al aire como mínimo 10 interceptores. También despegó el avión presidencial del puesto de mando, aunque sin el presidente.

Minutos después de que llegara la señal de ataque, los militares revisaron los datos recibidos de los satélites de alerta de temprana y de los radares que rodean EE UU. Se percataron que ningún sistema había descubierto señales de ataque y se canceló la alarma.

Más tarde se determinó que el motivo del incidente fue un fallo de un programa de ordenador, destinado a elaborar un plan de acción durante un ataque con misiles, que había sido instalado de forma equivocada.

En otra ocasión, el 3 de junio del 1980, los puntos de comando de EE UU volvieron a recibir el aviso de un ataque. Al igual que la primera vez, en las instalaciones de 'Minuteman' recibieron la orden de preparase para el lanzamiento y la tripulación de los bombarderos estratégicos ocupó sus puestos en los aviones.

Los ordenadores no ofrecían imágenes exactas y coherentes del ataque, en las pantallas aparecían cifras que cambiaban continuamente la cantidad de misiles lanzados. Además, en los distintos puntos de mando estas cifras no siempre coincidían.

Aunque muchos oficiales no se tomaron el incidente tan en serio como la primera vez, se convocó una reunión con carácter urgente para valorar la situación. Se reveló que el motivo del incidente fue un fallo en un microcircuito de un ordenador, que provocó que aparecieran cifras aleatorias en lugar del número de misiles lanzados.

Máxima tensión
El episodio más dramático tuvo lugar durante un momento álgido de la Guerra Fría. Se puede decir con seguridad que el desconocido teniente coronel Stanislav Petrov salvó a la humanidad.
El 26 de septiembre de 1983 un satélite del sistema soviético de alarma temprana de ataques misilísticos, que había entrado en servicio hacía poco, envió un mensaje sobre un ataque por parte de Estados Unidos.
Los satélites observaban las zonas donde estaban situados los misiles en un plano inclinado, por estar situados al límite del disco visible de la Tierra. Esto permitía detectar el arranque de los cohetes con el oscuro fondo del espacio cósmico, es decir, se podía determinar el momento del lanzamiento por la irradiación infrarroja del motor del cohete.
Se eligió este tipo de configuración para reducir el riesgo de iluminación de los sensores del satélite por la luz solar reflejada en las nubes o en la nieve.
Según información del experto militar-espacial, Yuri Zaitsev, “el satélite, debido a las posiciones de arranque de los misiles norteamericanos y el Sol, estaba en una posición en la que las nubes reflejaban mucho la luz. El satélite interpretó esta luz reflejada como una columna de fuego del tubo propulsor y envió un mensaje de alerta: se había producido un lanzamiento de cinco misiles desde la parte continental de EEUU”.
Según las instrucciones, en caso de un ataque misilístico, el oficial de guardia en el búnker 'Sérpujov-15', en Rusia central, estaba obligado a avisar inmediatamente a la jefatura del país que es quien tomaba la decisión de lanzar un ataque disuasorio de respuesta.
El tiempo de vuelo de un misil balístico desde la parte continental de EE UU hasta la URSS era de cerca de 30 minutos, por eso Petrov tenía pocas elecciones posibles: o bien informar al secretario general, que debía tomar la decisión final, utilizando su maletín nuclear, o bien informar a sus superiores que “damos una información falsa” y hacerse responsable de las consecuencias. 

Teniendo en cuenta que a Yuri Andrópov, entonces mandatario de la URSS, le quedaban tan solo 15 minutos para tomar la decisión, se puede afirmar casi con seguridad que habría creído a Petrov y habría apretado el botón del ataque nuclear de respuesta.

Pero Petrov no quiso hacerse responsable de la muerte de miles de millones de vidas humanas y no actuó según las instrucciones, no apretó el botón a pesar de que las 30 revisiones dieron resultado positivo.

Sin embargo, guiándose por el sentido común (5 cohetes es demasiado poco para un primer ataque en la guerra) el oficial de guardia “no creyó” al ordenador y de esta forma salvó al mundo.

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