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sábado, 9 de febrero de 2013

Guerras espaciales: Boeing contra Energía



Dicen que a perro flaco todo son pulgas. Después del accidente del 1 de febrero pasado en el que se perdió un cohete Zenit-3SL de la empresa Sea Launch con el satélite Intelsat 27, es evidente que esta compañía está pasando por uno de los momentos más críticos de su historia. Pero la cosa va a peor. Y es que ahora Boeingha demandado al consorcio Sea Launch para que le devuelva 356 millones de dólares.


Un cohete Zenit-3SL despega desde la plataforma Odyssey en el océano Pacífico (Sea Launch).

Sea Launch nació en los años 90 como un consorcio formado por las empresas RKK Energía (Rusia), Boeing (EEUU), Aker (Noruega) y Yuzhnoe/Yuzhmash (Ucrania). En su momento, las malas lenguas dijeron que era un proyecto apadrinado por la administración Clinton para dar trabajo a la industria aeroespacial ucraniana, devastada tras la caída de la URSS. En cualquier caso, RKK Energía sólo controlaba un 25% de las acciones de Sea Launch -frente a un 40% de Boeing-, pero siempre ocupó un papel protagonista a la hora de tomar decisiones importantes. Tras sufrir otro lanzamiento fallido en 2007, la Sea Launch se declaró en quiebra en 2009 y Boeing se retiró del proyecto. Parecía el fin de la compañía, pero un año después RKK Energía se hizo con el control del 95% de la empresa en un movimiento que sorprendió a no pocos observadores. El logo de la compañía cambió para incorporar los colores rojo y azul de la bandera rusa, reemplazando al amarillo ucraniano.


Logo original de Sea Launch (arriba) y logo actual (Sea Launch).

RKK Energía -la antigua oficina de diseño OKB-1 de Serguéi Koroliov- es la fabricante de las naves espaciales Soyuz y Progress, y en el pasado ocupó un papel de liderazgo indiscutible en la industria aeroespacial soviética y rusa. No obstante, actualmente no controla la producción de ningún lanzador espacial, y eso que en su momento fue el contratista principal del gigantesco cohete Energía de los años 80. Para cambiar esta situación, Energía adquirió recientemente la empresa NPO Energomash, fabricante de los motores RD-171M del Zenit y RD-180 del Atlas V. Sea Launch era el siguiente paso en esta estrategia. Aunque el Zenit se considera un cohete ucraniano, no debemos olvidar que, además del motor RD-171, la tercera etapa Blok DM-SL también es de fabricación rusa (en este caso, construida por la propia Energía). RKK Energía veía al Zenit como los cimientos de la nueva familia de cohetesEnergía-K, capaz de lanzar la futura nave tripulada rusa PTK-NP, y que podría culminar en el gran Sodrúzhestvo (una especie de Energía 2.0).

Con esto en mente, la demanda de Boeing constituye un verdadero jarro de agua fría para Sea Launch, que ya antes del accidente tenía enormes dificultades para garantizar cuatro lanzamientos anuales, el mínimo para evitar pérdidas. Pero para RKK Energía la demanda también es un auténtico varapalo, ya que tendría que reembolsar a Boeing unos 222 millones (el resto sería deuda de Yuzhnoe). De hecho, algunos rumores apuntan a que Energía podría estar cerca de la bancarrota y que ya ha pedido ayuda al gobierno ruso para que se haga cargo de las deudas de Sea Launch (en realidad, Energía lleva años exigiendo que Roscosmos asuma el control de Sea Launch, sin mucho éxito, por cierto).

Y por si todo esto no fuera poco, la investigación inicial del accidente del pasado 1 de febrero apunta a que el culpable podría ser el motor RD-171M de la primera etapa (que, no olvidemos, es el motor de combustible líquido más potente del mundo) del Zenit. Más concretamente, parece que falló la turbobomba BIM (Бортовой Источник Мощности o 11L729) del motor 4,5 segundos tras el lanzamiento. Esta turbobomba es la encargada de mover las cuatro toberas del motor para controlar la trayectoria del cohete y no forma parte del RD-180 del Atlas V ni del RD-170 original del Energía. En realidad, la BIM consta de dos bombas, una que funciona con helio antes del lanzamiento y otra que emplea keroseno y que se activa poco después del despegue. Parece ser que el fallo radica en esta última.


Motor RD-171M y la turbobomba BIM (lpre.de).

De confirmarse el fallo en el motor RD-171, serían malas noticias para todos los implicados. Si hacemos caso a los rumores, RKK Energía ha obligado a Energomash a vender cada motor por 10 millones de dólares en vez de los 16 millones de dólares originales para poder ofrecer un precio competitivo en el mercado internacional. Esta rebaja, entre otras políticas similares, ha ocasionado duras pérdidas a Energomash y, posiblemente, una rebaja en los niveles de calidad de sus productos. Y decimos que son malas noticias porque si de verdad estamos ante un fallo del RD-171, esto también afectaría a los lanzamientos del Zenit desde Baikonur a cargo de la empresa Land Launch (subsidiaria de Sea Launch y RKK Energía) y no sólo a Sea Launch.

Paradójicamente, uno de los posibles afectados de la demanda de Boeing es... la misma Boeing, ya que NPO Energomash también fabrica los motores RD-180 del Atlas V, operados por la empresa ULA, de la que Boeing forma parte. Sea como sea, nadie duda de que RKK Energía saldrá airosa de esta historia. Que Sea Launch lo consiga es menos probable

http://danielmarin.blogspot.com.es



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