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miércoles, 17 de abril de 2013

África y sus guerras, no sólo son "étnicas"

Los medios de comunicación afirman que las rivalidades de poder que se dan en África son guerras "étnicas" pero la realidad es mucho más compleja.

La mayoría de los políticos africanos y estudiosos europeos rechazan esta idea de "conflictos étnicos" que consideran una expresión desvalorizadora e inexacta, sin base científica, pues estos conflictos violentos se dan entre fuerzas políticas como las que Europa conoció durante mucho tiempo.

Así, en Ruanda el conflicto no tuvo lugar entre dos grupos étnicos (hutus y tutsis)... los "moderados" hutus fueron víctimas de las masacres igual que los tutsis.

Tanto si son secuelas de guerras coloniales o si se combinan con el auge islamista, los conflictos que padecen la mayoría de los estados africanos son de origen interno.

Es cierto que intevienen otros factores y en la mayoría de los casos se propagan regionalmente pero estos conflictos sugen en el marco de un estado y se desarrollan entre fuerzas locales y regionales que normalmente se corresponden con grupos cuyas particularidades étnicas están mas o menos marcadas.

Muchos de esos conflctos tienen un carácter esporádico y duran días o semanas, como ha ocurrido en Nigeria antes de que el ejército se impusiera. Pero en el este de África, en Liberia o Sierra Leona, tienen lugar conflictos mucho más graves que duran ya varios años y se han cobrado varios millones de muertos.

Estos casos son diferentes pues se trata de conflictos internos entre poblaciones más o menos vecinas. Normalmente motivan la intervención militar por parte de sus vecinos, como pasó en Congo-Kinshasa entre 1997-2000. Durante ese período tropas de Ruanda, Uganda, Zimbabwe y Angola se adentraron en el país cerca de 2.000 kms.

Las tropas ugandesas y ruandesas inmediatamente saquearon las zonas que iban ocupando, mientras que las de Zimbabwe y Angola (a las que el gobierno pidió socorro) se beneficiaron a cambio de jugosos contratos para la explotación de recursos de su país, en especial los diamantes.
La multiplicación de los conflictos en África parece explicarse -en gran medida- al aumento demográfico de los diferentes grupos étnicos y por la necesidad de éstos de extender las tierras que cultivan (sobre todo para paliar los efectos de la erosión de los suelos).

Siguiendo con el ejemplo de Ruanda, gran parte de la rivalidad entre ambos grupos se debió a la lucha por la tierra de un pequeño país cuya densidad de población llegó a ser considerable: 300 habitantes por km cuadrado.

Sabemos que el África Negra padece, más que en otras partes del mundo, las inclemencias del trópico ya que sus cultivos se realizan en suelos latéricos, pobres y frágiles. Podrían ser cultivados de forma intensiva (como en Asia) pero siguen siendo más o menos desérticos por razones (dicen) sanitarias.

Numeros estados africanos, desde su independencia, el poder ha recaído en polícticos que se han apoyado en el grupo étnico del que procedían. Los pequeños pueblos, de donde las autoridades coloniales reclutaron soldados en masa, han conservado su especialización militar: son la base del poder y están a sueldo de los generales-presidentes portegidos por políticas francesas de cooperación. Así, en Togo, las poblaciones del norte semialfabetas y desfavorecidas con respecto a la costa enviaban a sus hijos a hacer la carrera militar. La situación de las excolonias británicas es comparable.


El desgaste de los regímenes dictatoriales y de partido único así como los contratos con petroleras han llevado a las grandes potencias a apoyar regímenes más democráticos pluripartidistas. Pero esos líderes (muchos estudiaron en universidades europeas y americanas) han acabado todos ellos en apoyarse en su propio grupo étnico.
Así, hoy las reivindicaciones étnicas están de plena actualidad. 

Fuente:
"Geopolítica" de Yves Lacoste


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